viernes, 13 de noviembre de 2009

CUANDO MIRO HACIA ATRAS

Cuando miro hacia atrás
me veo borracho,
acostado en el suelo,
observando el techo mal rasqueteado;
rodeado de cajas, libros, discos y botellas vacías.
Me veo fumando como un demente,
intercalando risas descabelladas
con llantos desconsolados;
coqueteando con algunas de las formas de la muerte,
mientras el humo sube y juega en la oscuridad.

Cuando miro hacia atrás
me veo vomitando a media noche,
lavándome los dientes y volviendo a vomitar.
Me veo elevando plegarias desesperadas,
deseando poder creer en cosas
que me son absolutamente ajenas.
Me veo esquivando mi imagen en el espejo.
Me veo perdido bajo la lluvia,
buscándote entre las mujeres más desequilibradas
que alguien pueda llegar a soportar.

Cuando miro hacia atrás
me veo arrojando el teléfono
contra la pared más lejana.
Me veo desesperado,
aceptando trabajos imposibles
que me obligan a arrastrar mi cuerpo en la madrugada,
entre resacas devastadoras y un humor de perros.
Me veo rodeado de gente indiferente,
como rebaños anestesiados,
fingiendo ser alguien
que definitivamente no soy.

Cuando miro hacia atrás
me veo cayendo,
cayendo,
cayendo...
Me veo cayendo
con los ojos demasiado abiertos
como para suponer que estoy soñando.
Sostenido por un tenue impulso creativo,
que apenas consigue mantenerme con vida.

Cuando miro hacia atrás
así es como me veo:
atrapado entre las palabras.
Exactamente igual que ahora.

No hay comentarios: