viernes, 13 de noviembre de 2009

INTRODUCCION

Pertenecen a diferentes épocas y a diferentes situaciones personales. Y no exagero si digo que, a pesar de tanto amor y desamor, son tres mujeres totalmente extrañas para mí. Aunque fascinantes.
Débora es graciosa, inteligente y posee un valor admirable. Pero puede ser cruel y despiadada. Doy fe. Laura es tierna y creativa. Su espíritu es noble y se la pasa todo el tiempo tratando de salvar al mundo. Sin embargo, su hábito bipolar puede llegar a volver loco a cualquiera. Incluyéndome. Y Mariana es romántica, frágil, entusiasta y explosiva. Lo que se dice una mujer llena de virtudes. Pero justamente son esas mismas virtudes las que, elevadas a la potencia adecuada, pueden transformarla en un ser sumamente imposible, como un tigre persiguiéndote entre laberintos de árboles y ramajes.
Sea éste, entonces, mi gravamen íntimo para estas maravillosas y diabólicas mujeres; dotadas de belleza y rigor. Por supuesto, de más está decir que de cada una de ellas sólo he tomado una pequeña porción. Aunque sin dudas es la porción que más contribuyó para hacer de este aspecto de matices y sombras un paisaje interesante.
Una última cosa, algo que tenían en común: ellas solían decirme que no era muy claro con mis palabras, que tenía la virtud de enredarlo todo. Y no las culpo. Bueno, quizás ahora encuentren simpleza en mi modo de decir las cosas...
*** Iván Bury

No hay comentarios: