martes, 10 de noviembre de 2009

VILLANO

“El día en que no te tenga va a ser terrible”,
te dije
Y vos no me creíste.
Entonces lo volví a decir:
“Lo juro, el día en que no te tenga va a ser terrible”.
Fue en una de esas mañanas
en las que parece que va a llover.
Tenías la cabeza apoyada sobre mi pecho
y sonreías con tus dientes pequeños…
Qué extraño,
nunca pensé que ese día llegaría tan pronto.
Pero así fue,
inesperado como un rayo fatal.
Ahora en mi pecho sólo hay dolor.
Y las sombras que anegan mi cuarto
caen sobre mí,
como tormentas rabiosas
(sí, finalmente llovió).
Y todas esas cosas dichas
pesan menos que lo callado,
porque cuando me preguntaste
si quería estar con vos,
tuve que haberte dicho que sí,
¡Dios, sí!
Pero en su lugar dije “me da igual…”

Lo siento, cariño,
sabés que puedo ser muy tonto y orgulloso.
Lo suficientemente orgulloso
como para jamás volver atrás,
y vos sos demasiado frágil como para soportarlo.
Entonces,
así está bien.
No deseo hacerte daño.
No deseo continuar rompiendo tu fe.
Aunque evidentemente no sé hacer otra cosa…
Vivimos en un sueño hostil, cariño.
Lo sé, lo sé.
Y me está consumiendo hasta los huesos.
Sin embargo,
parece que el papel de villano,
a estas alturas,
me queda bastante bien.

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